Durante los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, un equipo de transmisión deportiva estadounidense se ve obligado a cubrir una situación de rehenes en la que se ven involucrados atletas israelíes.
En la sala de control están el presidente de deportes de la ABC, Roone Arledge (Peter Sarsgaard), el productor novato Geoffrey Mason (John Magaro), el vicepresidente de cobertura olímpica Marvin Bader (Ben Chaplin) y la traductora alemana Marianne Gebhardt (Leonie Benesch).
Sus papeles.
Pero el elemento más importante de cualquier thriller es el guion y la dirección de Tim Fehlbaum, que te mantiene alerta durante toda la película.
Mi única queja menor es la elección de Benjamin Walker como Peter Jennings: no parece el tipo de presentador atractivo y elegante que recuerdo (probablemente habría eliminado su personaje y me habría basado únicamente en las imágenes de Jennings hablando desde la Villa Olímpica).