Una pareja (Jordana Brewster y Scott Speedman) busca un nuevo comienzo después de un aborto espontáneo y se encuentra con que un rico propietario (Laurence Fishburne) les regala la casa de sus sueños con una condición: nunca podrán abrir la puerta del sótano. La posibilidad de vivir sin saberlo tiene consecuencias impactantes.